QUIZÁ NO APRENDA:
Dije hace algo más de un año que no volvería a hablar de
política, exceptuando algún que otro, “me gusta”, en las redes sociales. Hubo
un motivo muy gordo debido a todo lo ocurrido a finales del 2015 hasta mediados
del 2016 que fue cuando tomé esa decisión. Ahora salgo de mi mutismo a raíz de
todo lo que está sucediendo en Cataluña, entre otras cosas y que veo con tristeza que podría
extenderse para ir a mayores. Otra vez – Estoy seguro de ello como si me
hubieran echado las cartas – se me echarán encima como leones, para mi sorpresa,
montones de opiniones que me increpen y me descalifiquen faltándome el respeto,
venidas de desconocidos que ni sé quien son ni me gustaría saberlo nunca. Pero
aún así, y sabiendo las consecuencias daré, una vez más, mi versión de lo que
está pasando en esta vieja piel de toro. Ya advierto que es un modo de ver muy subjetivo.
Como si se tratara de un vaticinador que leyera las entrañas
de un animal sagrado sacrificado, a raíz de todo lo que me está pasando y todo
lo que está sucediendo durante este timo…perdón: esta crisis – Que a pesar de
lo que digan no hemos salido de ella y que además no es sólo económica, es
también política y moral – que dura desde el 2012 y continúa; calladito y sin
decir ni “mú” durante un año y medio, contemplaba que aconteció lo que me
imaginaba que tendría que pasar y no de otra manera.
¿Pero quién es o son, los culpables de todo esto por lo que
hemos llegado a esta situación que se seguirá agravando todavía más? Esta es mi forma de ver las cosas y ya sé que
estáis preparando el cuchillo de carnicero para destriparme.
¿Es el señor Mariano Rajoy por su incompetencia, ineptitud,
pasividad y cobardía? Diría yo que no.
¿Es el actual gobierno que nos representa el culpable por su
falta de diálogo, su actitud conservadora, proteger intereses políticos propios
y de algunos privilegiados antes que a su pueblo? Pues mira, no.
¿Es el partido popular (PP), responsable de todo ello, por
ser unos corruptos mafiosos y fachas, que hacen y deshacen a placer sin temer a pagar ninguna consecuencia? Pues mira tú, no.
¿Es la prensa y los medios de información-comunicación los
culpables por estar en manos de empresas globalizadas, que manipulan la
información al antojo de los poderosos, no habiendo ningún medio independiente
en la actualidad? Sigo diciendo que no.
¿Es tal vez, la oposición política, casi inexistente, metida
de lleno en asuntos internos propios o defendiendo el sexo de los ángeles,
incapaz de unirse para hacer frente común contra un mal gobierno? No lo es, no.
Y por último ¿La culpa de todo es de una constitución, unas
leyes y un sistema electoral injusto que ha estado dando ventaja, de hecho
sigue dándoselas, a una serie de partidos políticos, instituciones y demás que
no quieren ningún cambio de sistema fuera de lo pactado en el año 78? No, no y
no.
Para poder contestar a estas maravillosas cuestiones – Sigo
diciendo, tal como yo lo veo -, tenemos que remontarnos al pasado más reciente
cuando el partido popular gana las elecciones generales en el comienzo de la
gran trampa llamada crisis económica – Puesto que la crisis no lo es tal y sí
que es un cambio de modelo económico capitalista que acaba con la socialdemocracia -. Cuatro años al timón de este país, más algún ayudita del partido
socialista en la anterior legislatura, deja a muchísimos españoles cabreados y
en una situación tal que, produjo el 15M, el surgimiento de nuevos partidos con
la desaparición del bipartidismo y la posibilidad de cambiar y renovar las
cosas. Eso parece…
Llega finales del 2015 y hay elecciones generales. Ojo al
dato, como diría un antiguo locutor deportivo: El partido popular, lejos de
desaparecer por todo el daño hecho, por toda la corrupción sacada a la luz, por
toda su inmoralidad y cara dura; obtienen tantos escaños como para poder, al
menos, gobernar en una mayoría simple ¿Cómo es posible esto? Me quedé atónito.
Un partido y un gobierno que debería haber sido altamente castigado en las
urnas por su gestión, ineptitud y corrupción, que prácticamente tendría que habérselo
sacado de la vida política por resultar nocivo para la sociedad y el pueblo…¡Vuelve
a ganar unas elecciones en la práctica! Pero qué está pasando.
Lo curioso. En ese año de 2016 – Que les regalamos al “PP”
un añito más de gobierno –, pasa de todo. Vuelve a salir más casos de
corrupción al partido popular, los nuevos partidos políticos, surgidos del
malestar general, no son capaces de ponerse de acuerdo para arrebatarle el
poder al partido gobernante y se repiten, otra vez, las elecciones generales en
el verano del 2016.
¡Cómo no! En estas nuevas elecciones generales, no sólo el
partido popular saca los mismos votos, si no que gana algún que otro escaño más
-¿¡Queee!?...Eso precisamente. No sabía si estaba en el planeta Marte o me
había intoxicado con las setas del almuerzo -. Luego nos queda el resto del
año con el “no es no” del señor Sánchez y todo lo que pasa en el “PSOE”; eso
fue la apoteosis de la incredulidad. Finalmente el gobierno del señor Rajoy
vuelve a campear por sus fueros, con sus tradicionales y conocidas políticas, y
así estamos hasta hoy.
Entonces se comienza a especular por todo lo ocurrido. El posible pucherazo o trampas en las elecciones, pudo ser uno de ellas; porque surgió una
noticia, nada demostrable, de que la empresa informática que se encargó del
recuento de votos era amiga del gobierno regente y encargada de la convocatoria.
Pero pienso que esto fue más desesperación ante lo increíble que lo que pasó en
realidad. Que se manipuló todo el problema catalán; esto es cierto a mi ver. Tanto
por los nacionalistas de derecha catalanes, que fracasaron estrepitosamente en las
últimas elecciones autonómicas y se agarraron a un clavo ardiendo al
nacionalismo más radical para seguir chupando del bote – Encima les dio
resultado -, como por el gobierno central del “PP” que vio la manera de desviar
sus fallidas políticas, su ineptitud y su corrupción mafiosa hacia este campo
tan delicado…así hasta ahora. Pero sigo diciéndolo: No es el verdadero motivo.
Está el tema de cómo se hizo nuestra constitución actual y
cómo es nuestro sistema electoral y a aquellos quien realmente más beneficia.
Pero en serio ¡Tantos votos pudieron sacar el partido popular así! Si realmente
la mayoría de la gente estaba tan enfadada con su forma de proceder se habrían
quedado en una situación distinta y lo siento pero, campearon demasiado bien el
temporal.
Luego queda el tema, de que si los distintos partidos de la
oposición, no supieron unirse para derrocar al partido gobernante, por asuntos
internos, de estrategia política y de poder de cada uno de ellos. Reconozco lo
cierto de ello pero no les dio tantos votos al “PP” en las elecciones repetidas
de ese verano.
¿Cuál es la realidad entonces? Tristemente una. Eso explica
que el partido que dirige don Mariano Rajoy casi no pierda votos por muy mal
que lo haga aunque naden en la total podredumbre. Hay una gran mayoría de
españoles con edad de votar, de todas las edades y de todas las clases sociales
– Porque no hay tanto rico, oligarca y cacique para tanto voto – que les gusta
el “PP” hagan lo mal que lo hagan. No sé la razón; lo desconozco y alucino por
ello; pero están ahí impidiendo ese cambio que nuestra sociedad posfranquista
necesita para transformarse en una democracia que sepa de verdad dirimir y
resolver aquello que nuestra gente les demanda de una manera satisfactoria. Por
eso nunca se podrá solucionar lo que está pasando en Cataluña, por eso a todos
los niveles iremos de mal en peor y por ese mismo motivo; cuando me di cuenta
de ello, de esta cruda realidad, dejé de dar opiniones políticas en las redes
sociales para dejar de discutir con aquellos, que eran demasiados, que no dejaban de increpar. Me tengo que quitar el sombrero ante lo evidente: España es "pepera" y ya está, así de simple, no hay nada más que discutir con nadie.
¿Qué hacemos entonces? Si no hay manera ¿Volvemos a las dos Españas y a matarnos los unos contra los otros como en el 36, no hemos aprendido nada? No somos capaces de
dialogar – Todos decimos que sí pero sólo nos oímos a nosotros mismos, sin razonar ni
cuestionar en absoluto agarrándose a cualquier cosa para no moverse ni un
ápice-, y en la derecha son muchísimos, tantos como para mantener al actual y desastroso
gobierno en el poder. No discuto más; no voy a enfrentarme a mil millones de
chinos, que dicen tener razón, aunque estos nos lleven al total caos. Lo que
tenga que pasar que pase pero de algo estoy seguro: No seré yo quien se vaya a pegar
tiros a orillas del Ebro gritando ¡España, España! por los motivos de una
población que se mantiene en sus 13 y que sujeta a gobiernos ineptos y
corruptos.
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