jueves, 18 de diciembre de 2014

Como no vamos a cambiar nunca...



¿CÓMO SERÁ EL FIN DE LA HUMANIDAD?

Los primeros en caer serán las clases menos favorecidas, sumidas en la pobreza y el hambre ante la falta de recursos.

Luego se derrumbará la clase media sustituyendo a la recién desaparecida clase baja. Y como la codicia y la maldad de las clases dirigentes seguirán actuando sin remisión alguna, desde la baja clase medias hasta la clase media alta, poco a poco irán cayendo de abajo hacia arriba, ocupando el lugar de los extinguidos pobres hasta también desaparecer.

          Por último, la clase alta luchará entre ellos para crear clase media y clase baja que reemplace  a los desaparecidos para así conservar sus privilegios. Como ninguno querrá renunciar a ellos se producirá una batalla campal para establecer el nuevo orden en el eterno egoísmo.

La nueva clase pobre desaparecerá como la anterior pasándole el testigo a la nueva clase media, y esta a su vez también desaparecerá cuando caiga en ese estadio.
Finalmente quedarán los más avaros, poderosos y malvados de la clase alta; y como ya no tendrán a quien explotar, maltratar, tiranizar para mantener su estatus, terminarán matándose entre ellos y sacándose los ojos en la gran matanza del apoteosis de su crueldad y codicia. 

Pasaran miles o tal vez millones de años; la naturaleza volverá a recuperarse con nuevas especies, sobreviviendo al destrozo producido, y el ser humano con toda lo que fue su cultura, arte y ciencia quedarán olvidados para el fin de los tiempos.

Moraleja: Somos más egoístas que inteligentes y eso a la larga acabará con todos nosotros.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Consensos rotos.



LOS CONSENSOS ROTOS


    Se me podría acusar de ser comunista, que para que fuera una inculpación debiera ser algo malo y no lo es, o tal vez  de anticapitalista; pero no soy ninguna de las dos cosas, y en su justa medida, tal vez sea las dos, sólo en su justa medida. 

    
No soy totalmente comunista porque creo que si una persona en particular tiene una idea, un proyecto o un sueño en el que considera estar capacitado y poner en práctica, gastando sus propios recursos, esfuerzos y luchando por ello; tiene todo el derecho del mundo de poder sacar eso hacia adelante y medrar, con el consiguiente reconocimiento y mejora de su bien estar. Esta forma de pensar se asemeja más a la idea capitalista que a la comunista. Pero tampoco soy capitalista; o mejor dicho: No soy capitalista neo liberal. No antepongo el poder económico, en manos privadas de una élite poderosa y sus resultantes reglas de mercado tan convenientes para ellos, a los mínimos derechos de dignidad que obligatoriamente deben de poseer todo ser humano.

    Todo tiene que ver con el comedimiento. Es decir, no pasarse de la raya ¿Qué quiere decir esto? Que como somos humanos, con todos nuestros defectos y virtudes, es necesario establecer unas éticas morales, por todos reconocidos, para no pisar ni sobrepasar los distintos derechos elementales que todos y cada uno tenemos.  Para ellos se necesitan dos ingredientes fundamentales: Una democracia plena y autocrítica, con un buen sistema de autorregulación cuyo impulso resida en las fuerzas sociales de todo tipo y condición, que se vigilen entre ellas y a los poderes del estado. Otra, la capacidad de diálogo, cimentada sobre una información libre, independiente, fidedigna y no manipulada, al servicio de todos, que lleve a todas las partes, que choquen en un supuesto conflicto de intereses, a establecer una negociación con la finalidad de un acercamiento. Estas aproximaciones de posturas parten de hacer concesiones entre todas las partes para llegar a un buen puerto. Estamos hablando nada más y nada menos que de algo tan sumamente importante y necesario como es "El consenso".

   El consenso es totalmente fundamental y proyecta a todos los miembros de una sociedad hacia unas reglas, ya sean tácitas o recogidas documentalmente, que servirán como barrera ética en las que todas las conductas han de estar sujetas. Esto se traduce en dignidad, derechos, bien estar y progreso de todas las clase sociales.

   Pero la malignidad que todos llevamos dentro y que está alimentada por ese egoísmo tan propio de nuestra especie, manejada por los hilos de aquellos que sólo ansían en  poder, tanto político como económico, sobre todas las cosas; hace que aquellos que viven cómodos y sin problemas o aquellos que están medrando y rozando los límites que sobrepasan dicha moral aceptada socialmente, para alimentar intereses propios, rompan el consenso produciendo injusticia, abuso, marginación, represión y lo más repulsivo de todo: Falta de las necesidades básicas; es decir someter a la  pobreza a sectores de la población que suelen ser los más vulnerables y desprotegidos.

   Cuando se rompe el consenso a favor de los poderosos de la tierra, se exilia a la solidaridad social y con ella la tranquilidad y la esperanza de crear un mundo mejor. Pone en entredicho a un sistema democrático, porque donde hay grandes diferencias sociales y sólo campean las soluciones interesadas de los magnates, la democracia falla, no funciona. A la larga, aunque los mecanismos de la fuerzas represión impongan el orden civil con puño de hierro, las diferencias abismales entre clases terminarán por desestabilizar toda una sociedad hacia una situación de violencia colectiva no deseada por nadie. Esto es un peligro a tener en cuenta; claro, que siempre los hay que de todas las situaciones se benefician.
  
   ¿Eso quiere decir que hay que eliminar el capitalismo porque se basan en los intereses particulares de ciertos individuos?  No; no si este es moderado. Acabar con el capitalismo, sobre todo si es moderado, no sería la solución,  porque este proporciona la libertad individual a aquellos que pueden poner en práctica proyectos e ideas que tienen que ver mucho con la capacidad de innovar y de emprender. A estos valientes empresarios, si tienen suerte en sus esfuerzos, les ilusionan la certeza de mejorar sus vidas y así medrar, creando riqueza para ellos  y también, de paso, para otros. Simplemente las reglas del capitalismo han de estar consensuadas con toda la sociedad y respetar los derechos sociales y civiles de todas y cada una de las personas, sean de la clase social que sean. El capitalismo moderado es beneficioso a un nivel general, cuando  respetando esta ética y sometiéndose a las reglas establecidas de toda; y cuando digo toda, es toda la sociedad, siendo juzgados o sancionados cuando sobrepasan estos límites éticos que deben estar recogidos en las leyes que nos protegen de cualquier actuación abusiva.  
 
   Obviamente es indiscutible que no solamente es el sector empresarial capitalista el que tiene que obedecer las normas consensuadas, esto tiene que hacerlo todos los sectores y clases sociales pertenecientes a una democracia y ser consecuentes con ellas, y por la misma, también ser juzgados y sancionados sin caen en malas prácticas que traspasan las normas éticas. El gobierno democrático tiene que ser valedor de ello, pero a su vez, debe estar sometido a esta misma ética a los mismos procedimientos de vigilancia y sanción que el resto de la sociedad; esto es la única manera de garantizar la dignidad y el respeto de cada individuo.

   Todo este tipo de pensamientos, que tengo que admitir que no es nada novedoso y que estarán más que repetidos en toda la historia de la humanidad y por personas mucho más ilustres, sólo están dirigidos hacia una conclusión totalmente coyuntural: Es que hoy por hoy en el mundo y particularmente en España, por los intereses de una oligarquía económica, política muy egoísta y soberbia, se ha roto el consenso social y está lanzando a las naciones, al menos en política social, hacia una nueva era oscura y tenebrosa. 
    El cuento de la crisis mundial no se mantiene porque las crisis son totalmente artificiales y la fabrican los poderosos para sus propios fines. Este fenómeno no es meteorológico o fruto del azahar y queda como única solución la resignación, es algo perverso y orquestado desde lo más alto, cuyo objetivo es quedarse con todo y no dejar nada para nadie que no sean ellos mismos. Es así de claro y no quieren negociar con nadie y claramente no desean ningún consenso; quieren el poder absoluto y harán cualquier cosa para obtenerlo. Señores a esto se les llama Neoliberalismo económico y yo particularmente no lo quiero ¿Lo quieren ustedes?