viernes, 1 de noviembre de 2013

ENTRE LA CALABAZA Y EL CRISANTEMO... ...¿QUÉ ESCOGEMOS?

ENTRE LA CALABAZA Y EL CRISANTEMO...

...¿QUÉ ESCOGEMOS?


Voy a comentar sobre otro capítulo más del colonialismos anglosajón que aparece en estas fechas. ¿Se acuerdan ustedes, del dilema de todos los años, Reyes Magos vs. Papá Noel y cuándo echar los regalos? Aunque creo que en estos años venideros, muchos más españoles, no podrán tener esta sencilla preocupación, aunque quisieran y les gustasen tenerla.
  No; estas palabras que plasmo sobre esta nota, no se referirán a la Navidad. Expongo a elegir  sobre unas celebraciones de todos los otoños; la norteamericana  del "Halloween" y nuestro entrañable y tradicional Día de Todos los Santos.

 ¿Que fiesta escoger: Divertirnos en fiestas juveniles,(Que por mi edad, ya no puedo hacer), disfrazados de mamarrachos con temática macabro- festiva y terminar a las tantas de la mañana totalmente ebrios; que se diviertan los críos, pidiendo caramelos entre casa y casa, con la misma vestimenta anterior y solicitando estas golosinas con ese "Truco o trato" que hemos visto miles de veces en las series de TV. de realización estadounidense?  O por el otro lado ¿Celebrar, como se ha hecho toda la vida en un país latino como España, el Día de Todos los Santos? 
  Miren ustedes; fiestas de diversión tenemos los españoles muchísimas: El Año Nuevo, el Carnaval, las fiestas patronales de todas las ciudades y pueblos, (que algunas de ellas son de fama internacional como la Tomatina y los Sanfermines), No hay necesidad de tomar otra fiesta gamberra, introducida por los intereses comerciales, que quieren que siga la eterna fiesta consumista al más puro estilo "Hollywood" . Los vivos tenemos todo el tiempo que queramos para decidir un día de recreación, porque para eso estamos vivos y podemos ¿Pero que pasa con aquellos que ya no están entre nosotros, quién se acuerda de ellos? Ustedes dirán: Bueno, los muertos, muertos están. Sí, eso es cierto, pero nos olvidamos de algo; de hecho la clave está en esa palabra: olvidar. Nos olvidamos que esas personas desaparecidas ya, una vez estuvieron vivas y hubo un lugar en nuestro corazones.

   Esas personas fueron nuestros Abuelos, padres, hermanos, hijos, primos, tíos, amigos, vecinos y conocidos. Cuando estuvieron vivas interactuamos con ellas; reímos, lloramos, nos preocupamos, hasta discutimos y nos enfadamos. Fueron personas reales que dejaron su huella, unas dejaron huellas grandes y otras más modestas, pero todas marcaron de alguna manera la continuidad de nuestra propia existencia ¿No se merecen un recuerdo y un día para ellos? Un día solemne, respetuoso, emotivo. Un día que se lleva flores a su lugar de descanso y amigos y familiares recuerdan la vida de aquellos que nos dejaron, e independientemente de si tienes creencias religiosas o no, se las conmemoran. Un día de reunión que termina en una comida; comiendo de postre buñuelos y huesos de santo, donde todos aquellos que fuimos importantes para el fallecido, no volvemos a congregar para con nuestros recuerdos, devolverle por un día la vida a ese ser querido.
 Y pregunto de nuevo ¿Qué escoger?