MI
BATIBURRILLO PERSONAL
Primero y ante todo, dar mi más
sincera enhorabuena a todos los seguidores deportivos del equipo de futbol del
Real Madrid por ganar su décima Copa de Europa y a los sub campeones, el
Atlético de Madrid, por haber realizado tan buena final, porque fue meritorio
igualmente de poderse haber llevado el triunfo.
Tengo que decir y mis amigos,
conocidos y familiares lo saben bien, que no soy seguidor de los partidos de
futbol por el simple hecho de que no me gusta. Esto puede hacer que este
comentario resulte subjetivo ¿Pero sinceramente qué artículo no lo es? Me
disculparé de antemano ante los forofos futboleros, por estas palabras y
opiniones, porque sé que algunas les resultaran hirientes.
Me parece estupenda la euforia que
inflama a los hinchas y seguidores de este deporte que la sociedad occidental
ha coronado como rey, cuando su equipo llega al máximo triunfo de unas de los
muchos torneos de corte nacional o internacional. El tener una vía de escape de
nuestro estresante, duro y cotidiano mundo es algo muy bueno y casi todas las
personas tienen aficiones que, tanto deportivas como de otra índole, tienen
esta misión. Por supuesto, como todo en el universo, en su justa medida. Así
que hasta ahí estamos de acuerdo.
No lo estoy claramente, cuando estas
celebraciones multitudinarias avanzan por las calles de nuestras ciudades, como
una marea de bárbaros, arrasando todo lo que encuentra a su paso. Cuando tienen
permiso de los propios dirigentes de la nación, de la comunidad y del
ayuntamiento para invadir, subirse y zarandear los monumentos que embellecen
nuestras urbes, por una extraña apropiación simbólica de uno de ellos como
representación de ese club deportivo y de sus forofos, produciéndoles daños de
diversa consideración. Deterioros que luego tenemos que pagar todos los
ciudadanos con nuestros impuestos para recuperar nuestro acervo patrimonial y
artístico gustándote o no el futbol. Al menos, que no los sé y espero, que estos
clubes multimillonarios aporten dinero para su restauración una vez terminada
las celebraciones; pues al fin y al cavo son los beneficiarios de este gran
negocio. Ya que se les da permiso, lo hagan o no, éticamente deberían hacerlo o
las leyes los deberían de obligar. ¿Por qué? Porque la ley dice que deteriorar
un monumento es un delito contra el patrimonio artístico y está penado con
multas de hasta los 27000 €.
Esto me lleva a otra cuestión moral.
Cuando un individuo o varios de ellos utilizan estas mismas obras de arte para
reivindicar derechos civiles y laborales, denunciar injusticias o manifestar
opiniones contrarias a las que ostenta el poder; la ley cae sobre ellos como
una losa y no realizando deterioro alguno o casi ninguno, son detenidos, multado
e incluso encarcelados ¿Por qué a unos sí y a los otro, hinchas futboleros, a
esos no?
Aldous Huxley en su novela “Un mundo
feliz” Plantea una sociedad perfecta donde los individuos de esa civilización
funcionan como una colmena y donde a la clase obrera se la premia con una
sustancia llamada “Soma” que la hace olvidar lo desgraciada que es ocupando el
último peldaño del escalafón. Por lo
tanto esta clase baja nunca delinque, nunca reivindica y nunca se revela porque
se desinhibe con esto que le proporciona sus dirigentes.
Los regentes y políticos de las
democracias occidentales miman, cuidan y respalda este deporte convirtiéndolo
en un gran fenómeno de masas. Un circo sin pan, otro opio del pueblo; en
resumidas cuentas, ese “soma” de la novela que antes he citado, para que el
ciudadano de a pié se desinhibe en demasía y no piense en los problemas
sociopolíticos y económicos que afecta directamente a su vida. Para que “pase”
de la política, que en una democracia es un derecho y un deber, y sean otros
los que decidan y lleven las riendas de su vida. Para que el 25 de mayo en las
elecciones europeas, con la euforia que le queda de su equipo de futbol
ganador, que no aporta directamente nada a su bienestar directo, porque su club
de futbol no le va a reivindicar su derechos civiles y laborales, no influirá
en la bajada o subida de impuestos y no denunciará ninguna injusticia producida
por los representantes que gobiernan; esta clase social no se mueva ni un ápice
y decida no ir a votar porque piense que con su voto no solucionará nada.
LOS
GOBIERNOS DIRÁN: SI ROMPEN LOS FOROFOS DEL FUTBOL QUE ROMPAN, YA SE ARREGLARÁ Y
QUE SIGAN GRITANDO ¡VIVA MI EQUIPO!